Guillermo Torres López
Por fin he de descubierto la máquina de
los sueños
Ella me lleva a extraños sitios donde se
forja
La imagen que esta noche vendrá en el
silencio
De la casa que habitas, de la cama donde
yaces
Y de tu mente, en sus extraños y
eléctricos recovecos
Ahora si podré ser parte de tus fantasías
oníricas
De
tus desvelos durmientes e incognoscibles
Iré contigo donde las cosas primero son
pequeñas
Y luego se transforman en gigantes que
amenazan
O de camiones que te atropellan y trenes
Que
te perturban en su inmensidad, o esa
Pena tan terrible que te despierta en
sollozos
Compartiré tu horror cerval o tu arrojo
felino
Horadando en ti tras lo recóndito de tus
miedos
En los calabozos donde tu intimidad se
esconde
Domeñando el asco que siempre tienes a las
arañas
O cabalgue en ese coloquio que a veces
intentas
Lleno de palabras que no dices pero que
son perros
Que te llevan a la desesperación que
enjuta tu cara
Espero ansioso que la noche logre esconder
el sol
Como quien guarda al ladrón de las cabalgaduras
Estoy ataviado con mi insólita desnudez, aunque
te asuste
Y pongo la máquina para que a la hora del
cese
De tus desvelos, cuando ya el silencio
gane
Tus risas y tus lágrimas, pueda por fin
Lograr lo que antes nadie hizo: asaltar tu
mente
Ya dormida y ser parte de tus quimeras
Pero, debes de saber que este artificio de
fantasía
Se
nutre de la poca vida que me queda y la sorbe
´como otras noches fantasmagóricas cuando
Solo preveía que podría dejar esta silla
de ruedas
Y espiarte en tu duermevela, por rendijas
ignotas
Por las grietas hechas en tus desvelos
insomnes
No importa que la máquina tome de mí el
resto de aliento
Y si mañana, yerto sobre el lecho no podré
celebrar contigo
El sueño compartido, la pesadilla juntos y
sólo me quedará
El consuelo de mirarte desde el féretro de
fúnebre madera
O tal vez, esta calle donde espero la
noche bienhechora
sea sólo un sueño más, y tu mi fantasía
Hacienda Tres Torres, Campo Ana. Amazonia boliviana
Fin de Marzo de 2022

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