viernes, 13 de enero de 2012

Aquí aguardo tu oferta


Hoy pongo mi cariño en pública subasta
mi fervor, la dedicación de mis escritos,
todo mi sentimiento, yo el iconoclasta
sucumbiendo a la carencia de un amor bendito.

Quiero una mujer, que haga de mí su vicio,
que aprenda a amarme hasta el sacrificio.
Le corresponderé con pasión hasta la muerte
y seré su bendición, buen destino y suerte.

Estas manos matarían, si en ello hay cariño,
pero no temas que para tí son sólo dulzura.
Compra ahora este corazón lleno de mimos
llévate de oferta mi calor y mi ternura.

Permíteme conocerte y revélame tu piel
busco tanto, quien se acostumbre a lo mío.
A esta cara agria, a este cuerpo sin miel
a los momentos alegres, a mis minutos sombríos.

La noche es larga, cuando miras la inalcanzable estrella
y quiero despertar aferrado a una mano amiga.
A quien le importa tu apariencia, sea extraña, sea bella
lo que cuenta es quien te da el impulso en la subida.

Hoy me vendo por migajas de cariño
lo doy todo por tenerte a mi lado
para sentirme de nuevo como niño
aprendiendo a conjugar el verbo amando.

Sabes, de sólo pensar que te consigo
se me erizan los cabellos del deseo
las cosas que quiero contigo no las digo
tiemblo de alejarte y provocar tu miedo.

Sea torpeza, error, resentimiento, premonición
que pongan alas a tus pies y cadenas a tus sueños
y que fugues asombrada de tu propia emoción
y de tanto amarme te pierda siendo casi ya tu dueño.

Para que eso no ocurra es preciso que me compres,
pues quien paga no teme, y tal vez a la larga aprecie
que me tomes como tuyo, que me uses y si me rompes
que me mimes, custodies y repares, una y mil veces.

Aquí aguardo tu oferta rogando al cielo todo esperanzado
dame el precio cabal que te dicte el corazón y ya soy tuyo
no te fatigue mi larga expectativa ni mi rostro iluminado,
es el fuego interno que refleja tu presencia que ya intuyo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario