La palabra ya no me impresiona
De
mi amor por las silabas y las letras
He
pasado a la repulsión plena
Al
silencio hechor y no cómplice
He
llegado a la conclusión que
El
ditirambo me molesta
La sinécdoque
me es lastimosa
Y
la sintaxis en sus recovecos ha llegado
Simplemente
a serme indiferente
Cuantas
cartas de amor fallidas
y peticiones
al Gobernador lacradas
Unas
diversas de las otras
Jamás
contestadas ni correspondidas
Cuantas
madrugadas pegando
Pasquines
en plazas y embajadas
Cuantas
veces fui torturado por
Denostar
los impuestos y las tasas
O Revelar
a la amante de turno del
Presidente
de la Corte, cornudo sempiterno
Si
hubo un camino a la perdición
Esos
fueron los mil mamotretos
Que
escribí contra la Reina
Cada
palabra, encubierta en
Rocambolescas
construcciones semánticas
me
acercaron aún más al patíbulo,
en
un bis a bis con el cadalso
con
o sin serife, las letras fueron mi perdición
y
en pleonasmo de conclusión,
acorde
con esta repulsa literaria.
la
palabra ya no me impresiona.
Oruro,
marzo de 2019, en la resaca melancólica de los carnavales
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