domingo, 8 de septiembre de 2024

LOS PALAFITOS

 El agua corre sin pausa

bañando las mil riveras

postes la clavan al suelo

 palafitos de madera,

 

el agua pasa riendo

jugando con sanguijuelas

arrastrando en  turbios cursos

los desechos de la selva

 

¿a dónde escapan las ondas

que bañan las mil veredas?

¿a dónde corren tus aguas,

dónde termina tu esencia?

 

Quiénes te ven en las vueltas

quiénes conocen tus sendas

los vados, y los turbiones

tus remansos, tus cachuelas

 

Si el agua tuviese voces

para contar experiencias

si las ondas que en orillas

con regularidad se estrellan

 

fueran palabras narradas

 gritos en las orejas

contarían sólo penas

relatarían tragedias

 

y si hubo un tiempo mejor

en estas tierras eternas

 si hubo días felices

¿quién ahora los recuerda?

 

En la selva los caminos

se pierden en mil y una vueltas

los ríos juegan y escapan,

vuelven, giran, nunca llegan

 

el rojo se cambia en gris

la tierra suda y jadea

cien colores de una flor

mil espinas la festejan

 

Saltan peces en el agua

Víboras muy  traicioneras

y mil mosquitos volando

y el agua que los refleja

 

El sol se mira allí arriba

como una estrella cimera

abajo reinan las lianas

y la selva verdadera

 

Atrás quedaron historias

de la tragedia gomera

ahora desesperanza

de una tierra tan ajena

 

Los palafitos recogen

del agua sus mil revueltas

y sueñan con que algún día

correr con ella quimeras

 

romper las piernas de palo

ceder al agua que acecha

y recorrer  mundos raros

convertidos en cometas

 

 en barcas de redención

hacia el lugar ya perdido

donde los remansos sean

como cuna para niños

 

el agua corre y no para

bañando los palafitos

éstos tercos se empecinan

y no ceden un centímetro

 

a lo lejos el sol muere

y el verde es infinito

y mil voces se levantan

desde el monte, desde el rio

 

mañana será otro día

de letargo y de estío

el cielo podrá jugar

a inundar el monte umbrío

 

a hinchar  las mil cintas

en que juega el ancho río

 a chicotear surubíes

a buscar nuevo caminos

 


en sus copas los castaños

añoran no haber podido

avizorar de lo alto

la lucha del palafito


Cobija, marzo del 2008

 

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