El agua corre sin pausa
bañando las mil riveras
postes la clavan al suelo
palafitos de madera,
el agua pasa riendo
jugando con sanguijuelas
arrastrando en turbios cursos
los desechos de la selva
¿a dónde escapan las ondas
que bañan las mil veredas?
¿a dónde corren tus aguas,
dónde termina tu esencia?
Quiénes te ven en las vueltas
quiénes conocen tus sendas
los vados, y los turbiones
tus remansos, tus cachuelas
Si el agua tuviese voces
para contar experiencias
si las ondas que en orillas
con regularidad se estrellan
fueran
palabras narradas
gritos en las orejas
contarían
sólo penas
relatarían
tragedias
y
si hubo un tiempo mejor
en
estas tierras eternas
si hubo días felices
¿quién
ahora los recuerda?
En
la selva los caminos
se
pierden en mil y una vueltas
los
ríos juegan y escapan,
vuelven,
giran, nunca llegan
el
rojo se cambia en gris
la
tierra suda y jadea
cien
colores de una flor
mil
espinas la festejan
Saltan
peces en el agua
Víboras
muy traicioneras
y
mil mosquitos volando
y
el agua que los refleja
El
sol se mira allí arriba
como
una estrella cimera
abajo
reinan las lianas
y
la selva verdadera
Atrás
quedaron historias
de
la tragedia gomera
ahora
desesperanza
de
una tierra tan ajena
Los
palafitos recogen
del
agua sus mil revueltas
y
sueñan con que algún día
correr
con ella quimeras
romper
las piernas de palo
ceder
al agua que acecha
y
recorrer mundos raros
convertidos
en cometas
en barcas de redención
hacia
el lugar ya perdido
donde
los remansos sean
como
cuna para niños
el
agua corre y no para
bañando
los palafitos
éstos
tercos se empecinan
y
no ceden un centímetro
a
lo lejos el sol muere
y
el verde es infinito
y
mil voces se levantan
desde
el monte, desde el rio
mañana
será otro día
de
letargo y de estío
el
cielo podrá jugar
a
inundar el monte umbrío
a
hinchar las mil cintas
en
que juega el ancho río
a chicotear surubíes
a
buscar nuevo caminos
en
sus copas los castaños
añoran
no haber podido
avizorar
de lo alto
la
lucha del palafito
Cobija, marzo del 2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario